Algunos ejemplos de cartas personalizadas

Carta a un padre

(Carta enviada antes de una operación)

Aprendí a usar mis manos por las tuyas, en tu taller, donde pasaba las tardes trasteando con restos de madera y herramientas. En aquel entonces no supe adivinar que se estaba curtiendo mi agilidad y mi futuro. Quizás hubiera puesto más atención. Y ahora, gracias a ti sigo jugando a dar forma, crear artilugios, imaginar posibles. Y ese fue uno de los regalos que me hiciste y que nunca te he agradecido lo suficiente.

Y entre todas las cosas por las que podría darte las gracias, está que quizás no siempre te he dicho todo lo que quería decir, ni quizás todo lo que debiera, pero siempre he sabido que estás ahí para escucharlo. Que siempre antepusiste tu felicidad y tu salud a la nuestra y te plantaste como piedra angular de nuestras vidas, que las sujeta y las sostiene para no caer. Y que por eso precisamente crecimos todos y fuimos libres de decidir lo que era mejor para nosotros. Sospecho que eso era lo que deseabas desde el principio. Que eres parte de mi columna vertebral, lo que me mantiene erguido frente a cualquier soplo, vendaval o tormenta. Y que saberme así gracias a ti, me ha servido como empuje para cualquier paso que he dado en estos años. 

Ahora que vienen cosas nuevas y alguna piedra en el camino, quiero que sepas que estoy aquí, también sosténiendote aunque no lo notes y probablemente, aunque tampoco lo necesites ni lo pidas. Estoy seguro de que todo lo que vendrá al pasar por ahí será bueno, con cambios a todos los niveles, con nuevas formas de vida que te harán volver a ganar vitalidad y alegría y que dejarán de lado el dolor de estos meses. Allí estaremos para compartirlo contigo y para andar juntos de forma diferente. Pero juntos, como en nuestras comidas de domingo, como en días como hoy, como siempre.

Te quiero papá,

Carta de cumpleaños

(Primer cumpleaños tras una pérdida en la familia)

Cuando todo lo malo pasó, el mundo se iba a acabar. Anunciaban la llegada del apocalipsis las cornetas de la calle y la pena sostenía nuestros labios para que no volviera a ellos la sonrisa. Nos miramos sin nada que decir, porque en esos momentos nadie dice nada o encuentran consuelo al hablar del tiempo. 

Los días se sucedieron después de aquello, luego los meses y al fin pasaron los años, suavizando el recuerdo punzante y doloroso y convirtiéndolo en anécdotas que siempre contamos cuando nos juntamos. Y cuando todo pasó, al menos lo malo, y pasó todo ese tiempo, volvimos a mirarnos sorprendidas, porque quedamos todas en pie. Miramos a izquierda y derecha, buscando la razón por la que podríamos haber sobrevivido a aquella tormenta. Nos palpamos con prisas y de repente, descubrimos que algo sobresalía de nuestra columna vertebral, un apéndice que nos había anclado al suelo, seguras, para que aunque fuera el fin del mundo nosotras nos mantuviéramos de pie, juntas, y a salvo.

Gracias por ser parte de nuestra columna vertebral y aguantar todas las tormentas para que no nos perdamos.

¡Muchas felicidades!

Extracto de carta a un amor

…Quiero que sepas que te quiero con todo mi corazón, mi cabeza y partes de mi cuerpo que no sabía que existían hasta que llegaste para recorrerlas. Que cada día contigo es un regalo y si miro atrás me doy cuenta de que todo lo que nos trajo hasta hoy mereció la pena. Que inundas todos los espacios de mi vida, porque aunque no los vivas conmigo siempre quiero ir corriendo a contártelo, a pesar de que no me lo pidas. Que dormirme con tu olor en las sábanas es el único perfume que quiero llevar a la mañana siguiente a trabajar. Que trabajar para fundar un hogar donde criar avestruces me da fuerza y coraje. Que cada día aprendo contigo nuevas acepciones de la palabra amor. Que descubrir nuevas diferencias sólo nos regala fichas para seguir haciendo nuestro puzzle particular, hasta que descubramos cuál es la imagen final que conforma. Que estoy deseando vivir el resto de cumpleaños de nuestra vida, que quiero verte crecer y sorprenderme del lugar al que llegaste, que quiero ayudarte a llegar allí.

Te amo, con locura y de forma infinita

Carta de amor a amantes del cine

Las caras opuestas de las escenas. Las caras opuestas de la misma moneda. Lo que no vemos y se muestra sólo cuando la cámara caprichosa se da la vuelta. Como tú- Como yo. Como nosotros, que nos dejamos descubrir lo que no se ve, que nos permitimos mostrarlo de una forma tan caprichosa como la cámara aquella.

Y yo siempre prefería tu cara B, un incómodo contrapicado tuyo, la parte que reservas, los demonios, las intrigas, los puntos en los que no confluimos, las diferencias de plano y ángulo, que nos hacen ser la mejor película jamás estrenada. Quizás no haya sido fuerza del destino, llámalo así o llámalo energía, ni intervino la mano de dios, pero aquí estamos, juntos a fuerza de una preciosa casualidad, viviendo dos escenas de la misma película, esa que es sólo nuestra.

Por todos los viernes de cine del resto de nuestra vida.